Al lugar donde has sido feliz, deberías tratar de volver

Qué linda que es mi terraza. Colores, plantas, luces, música, vida e ilusión. Sin embargo, no había vuelto al lugar donde mis plantas viven desde hacía ya quince días. La última vez que había estado allí, me había sentido con alegría de amor. 


Yerba mala nunca muere

De tanto en tanto, las tormentas me gustan. Sobre todo cuando las abundantes gotas lavan mi auto, riegan mis plantas y a parte de eso, sopla una brisa suave después de largas jornadas de calor extenuante. Necesidades imperiosas ante la falta de economía con flujo de fondos, la falta de ímpetu regador y la falta de aire en el ambiente. Sería como una lluvia de triple generala. Estos momentos de lluvia me copan y me dan alegría, pero solamente de tanto en tanto. Ya que a veces la muy guacha te hace tachar la generala, la doble y sin piedad te deja en Pampa y la vía.

Antigua vida mía

A mediados del mes de enero, nuestro largo, congestionado y prometedor itinerario de viaje, nos llevó a recorrer la ciudad de San Francisco.

El viajar es un placer que nos puede suceder

Cuando uno se va de viaje, por lógica, entusiasmo, ansiedad y sentido común, lo más normal creo que por lo general, es resolver planearlo al menos un poco con anticipación.