Hace unos días vengo pensando que
el lunes 23 de agosto hubiera sido el cumpleaños del abuelo Alfredo. Hasta lo
escribí en mi calendario. Incluso hoy a la mañana me acordé de mi querido
"Alberto", como le decía yo.
Pero hoy, cuando la maestra de segundo,
escribió la fecha en el pizarrón: 23-8-10; me di cuenta de que no hubiera sido
un cumpleaños cualquiera. Hubiera cumplido 100 años, sí ¡CIEN!