También creo que a veces los
otoños traen primaveras, brotes y sorpresas.
Mi ligustrina abandonada y disecada días atrás, luego de una semana de acompañamiento, perseverancia y cariño, consiguió reinventarse, aceptar mis disculpas, y dejó varias hojitas nuevas surgir para mi alegría y asombro.
Mi ligustrina abandonada y disecada días atrás, luego de una semana de acompañamiento, perseverancia y cariño, consiguió reinventarse, aceptar mis disculpas, y dejó varias hojitas nuevas surgir para mi alegría y asombro.
Creo ahora entonces que lo
impensable se podría lograr. Hoy es un viernes rojo y verde. Intenso con
noticias de vida y noticias de muerte. No dejo de pensar en la creíble locura
de que los milagros existen, a pesar de que la muerte de cualquier ser querido
sucumbe. Y cómo.
Resta y suma la sencillez de
piantar lagrimón, poner hombro, tripa y corazón.
Creo en las oportunidades, solo
hay que encontrarlas. Cosas que van pasando cerca. A los nuestros, a los otros.
Creo que la vida es una moneda de
dos caras. Cuánta pena y cuánta alegría. Cuánta nada que parece todo y cuánto
todo que parece nada.
Creo en el sol, en su abrigo y en
su calor. Y aunque a veces brille sobre los demás, como dice la canción, y uno
sienta sombra en el alma, por gracia, irradia abrazos, palmadas y caricias al
corazón.
Y ahí de a poquito sus rayos nos
abrigan. Amigos y familia, qué bueno que me hacen sentir viva, santo Dios.
No hables demás, escuchá al
corazón, ese es el cable a tierra. Qué grande Fito.
Ati Irazusta
Emocionada, 16 de marzo
de 2012
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