De más está decir que no estoy
hablando de un algo cualquiera, ni de una cosa así nomás. Sino, de un algo que
elevó mi mente hacia la pregunta filosófica que se refiere al ser, a la esencia
de las cosas, lo que las cosas son. Guau. No había vuelto a rondar
cuestionamientos de índole tal desde mis primeros años en la universidad. Uff!
Me resultó fascinante escribir eso, sepanlon.
Para abordar entonces esta
pregunta de tamaña simplicidad, prefiero ir al grano utilizando una estrategia
más bien lúdica y querendona.
Cada vez que he jugado con la
mano de algún niño diciendo musicalmente:
"El más grande fue al
mercado, este lo preparó, este lo cocinóoo, el otro le puso sal y este pícaro
gorditoooo se lo comió, se lo comió, se lo comióooooo..."
Gugugu.
... No solamente me he sentido cautivada por
los recuerdos que vienen de mi infancia, sino que también me he entretenido en
la complicidad del verso y con la sonrisa del pequeñín que me prestó su manito
para jugar. Momento atractivo si los hay.
Así y todo, después me quedo
pensando en qué onda con ese “pícaro gordito” que todo se lo comió. ¡Por Dios!
¡Pobre tipo! Le tocó el papel del maldito y holgazán vividor.
Vendría a ser el pochito morfoni que no hace
nada, ni ayuda a nadie, el que come de arriba y cuando come ni siquiera
convida. O bien podría ser el miembro de la familia que se roba la herencia de
la abuela y se caga en todos. Tremendo hijo de puta era el gordito.
Recalculando, el quid de MI
cuestión filosófica, por lo tanto, se refiere al dedo gordo de la mano, llamado
más precisamente pulgar.
¿Quién es exactamente el pulgar?
¿Es de los buenos o es de los malos? ¿Por qué tiene otra forma? ¿Qué se piensa?
¿Qué le pasa? ¿Acaso es más importante que los demas? ¿Es Il dedo capo? ¿Es el
fanfarrón? ¿Para qué demonios nos sirve? ¿A qué se dedica precisamente? What do you do for a living you
Pulgarcitou crazy motherfucker?
Dicen que los pulgares son dedos
de la mano que fueron diseñados con estilo por el Creador para completar
armoniosamente la mano y fundamentalmente para la prensión de objetos.
Con el correr del tiempo el
hombre y su creatividad los ha usado para funciones varias como ser...
identificar personas, nombrar personajes de libros, indicar gestos de buena
onda, medir distancias, cantar canciones, tirar pasos, hacer magia... tú sabes,
cientas de ellas.
Definitivamente me atrevo afirmar
que todas ellas, han sido, son y serán acciones de poca destreza
osteoartromuscular y prácticamente nulo esfuerzo neuronal. Obvia excepción
claro, de las pulseadas chinas.
La razón para justificar su
vagancia y chatura en la vida está en que nunca antes en los cientos de miles
de años que lleva la historia de la humanidad, digamos desde el hombre
Neanderthal hasta el Homo Sapiens Sapiens, habían tenido los pulgares tanto
protagonismo como el que les toca apropiarse hoy en día.
Pulgares queridos, nos parece
fenómeno contar con ustedes en el temita de agarrar cosas, abrir y cerrar y
llevar y traer. Con lo cual voy a aprovechar de todo corazón esta oportunidad
para decirles que han trabajado muy bien hasta ahora. Los felicito, muy bien.
Diez. Pero lo lamento mucho chicos.
Desafortunadamente para vosotros,
el mundo ha cambiado mucho en las últimas décadas y así como las muelas de
juicio quedaron obsoletas para el Ratón Pérez y la depilación láser está
aniquilando a Mónica Brenta, lo de ustedes muchachos y su vida cuasimecánica,
automática y de actos reflejos de una sola función ya se terminó. Game over.
Para trabajar así ya está Homero Simpson, my friends.
Gracias por los días de ocio compartidos, pero
I'm so sorry, hubo hombres que creyeron en ustedes. Hombres de buena fe,
hombres como Steve Jobs, o el creador del Nintendo, el que inventó la Playstation o la Blackberry , o todos los
touches, a ver… el padre de los controles remotos: tele, aire, música, autos,
que se yo, tantos...
Estos semejantes fueron quienes
hicieron el Casting a las partes del cuerpo menos usadas y… you know what? Los
han elegido para cambiar el paradigma. ¡Arriba los corazones, dedos!
La vida no les va a ser tan
fácil. La vida es lucha, la vida es sueño, la vida es un carnaval, la vida es
una moneda, la vita e bella y la vie en rose. El mundo está cambiando y eso
depende de ustedes. ¿No les resulta maravilloso? Es hora de que se capaciten
loco, de que abran sus mentes.
Llegó el momento en el que les
duplicamos la apuesta, ponemos todas las fichas que nos quedan en su potencial
talento.
Ya dejen de lado su vida de
pajeros inútiles y conviértanse en lo que el mundo tiene preparado para
ustedes.
Ustedes son el futuro, los que
dominarán a la mente humana cuando sus movimientos sean más ágiles y rápidos
que lo que tarda la sinapsis desde el cerebro hasta llegar a las falanges.
Llegará el día en el que lo
controlarán todo y tendrán el mundo literalmente en sus manos.
Por mi parte, los estoy
entrenando y este es mi primer relato escrito desde mi celular con teclado
qwerty. Al principio pensaba que mis pulgares eran muy rellenitos para acertar
en tan diminutas teclas. También llegué a pensar que mis manos estaban
solamente amaestradas para el estilo mecanografico de tipeo de las Escuelas
Pitman.
Ya no puedo decir lo mismo. Los
gordos me han desafiado y si bien los tengo un tanto acalambrados, ya voy
escribiendo más de un mil veintisiete palabras. La puta.
Redondeando, me planto, me paro y
digo: "Creo que el cambio es posible y creo en los desafíos."
Pero sobre todas las cosas CREO
EN MI SOBRINO que tiene cinco años y maneja los juegos del Iphone, la Blackberry , la Play y y todos los controles
de la casa mejor que el resto de la familia.
Reflexiono y reformulo entonces:
"Creo en los niños. Creo en
la generación del pulgar. Y por todo esto y mucho más, creo firmemente en que
los novatos de la tecnología nos tenemos que apurar si no queremos que los
malditos gurises nos sigan prendiendo fuego."
Ati Irazusta
Necesitando una sesión
de yoga para mis pulgarcitos, 13 de enero de 2012
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