No es un domingo cualquiera

Bueno, ¿llegó el final o llegó el principio? No me deprime volver, no me pude entusiasmar tampoco. Estoy de sopetón. Casi un mes viajando, sin horarios, ni rutinas, simplemente apreciando, comprando, disfrutando, de paseo.

Generalmente, año tras año, sucede la angustia de la última semana de vacaciones, o el último fin de semana y después vuelve el año a empezar con energía. Pero esta vez, caigo en paracaídas, porque la última semana caminaba por San Francisco o Washington; y la primer semana caminaba y esperaba el metro en Nueva York.

Ahora estoy en un avión. viendo las nubes de arriba, desde un punto de vista más optimista. Ya que no se ve nublado porque estás más cerca del cielo. Voy a adoptar este sentimiento…Vengo con muchos días de ocio, disfrute, descanso, privilegios, entusiasmo. Me niego llegar a casa y ver las nubes desde abajo. Habrá cansancio, seguro. Habrá quejas, probablemente. Habrá disgustos o malos humores, casi inevitablemente.

Pero hoy, es domingo, y es distinto de cualquier otro. Porque soy yo la que posa sobre las nubes, sobre su engañoso algodón lleno de lluvia, tristeza y desidia. Yo salto sobre ellas como un osito cariñoso. Sí, así es como voy a vivir. Tranquila, observadora y tomándome la vida, cada día, como parte de un todo. Como se ve desde el avión.

Ati Irazusta
En el aire, 22 de febrero de 2010


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