El día del fin del mundo (intro + 4 caipis)

Intro

El día del fin del mundo lo llamaremos al conjunto de emociones y acontecimientos que nos sucedieron el jueves 30 de diciembre del año 2010.

No creemos en vivir para contarla, pero estamos de acuerdo en que si un día puede reunir sentimientos de alegría, odio, miedo, adrenalina, gozo, cansancio, tolerancia, admiración, impaciencia, equipo, mamitis, riesgo, esfuerzo, valentía, angustia, diversión, compañerismo, caos y cosmos, deber ser contado y en detalle minucioso para compartirlo y no olvidarlo nunca jamás.

De vez en cuando la vida

En la vida pasan muchas cosas y nos pasan muchas cosas también. Y claro, si está llena de segundos la vida. Sesenta de ellos hay en un minuto, es mucho, es poco, no lo sé todavía. Al fin y al cabo todo lo que nos mueve y nos va pasando dura eso, segundos…uno, dos, tres.


Corran muchachos, se viene la avalancha

Cajas Navideñas en noviembre, ¡ufff! ... La sociedad, o sea trabajo y gente, nos embute, abruma y agobia con maletas repletas de preocupaciones, ciclos, fechas de entrega, ansias, cierres, balances, cenas de fin de año...

Yo vivo en un barrio tranquilo

Hace tres meses que me mudé a un edificio de alrededor de treinta años de antigüedad, podría decirse de él “viejo” o quizás “antiguo”, pero no lo es. Tiene todo aquello que toda persona como yo, o tal vez solamente yo, pudiera desear referente a su arquitectura e instalaciones.

El Sensei

Veníamos bárbaro con Pablo, mi censista, en la dinámica pregunta-respuesta sobre la vivienda y las características habitacionales del hogar, cuando me hace la segunda pregunta de la tercer página:


¿Y dónde está el prospecto?

Siempre que abro una caja de medicamentos, lo realizo del lado incorrecto, es decir, mis dedillos se chocan con el prospecto y tengo que esforzarme en tomar una decisión: saco el prospecto (que no se por qué no va a querer entrar cuando lo quiera volver a meter, ¿no se doblarlo? ¿se agranda cuando sale a respirar? y lo tendré que hacer de prepo nomás) y a continuación sacar de la caja la respectiva tableta a consumir; ó cerrar la cajita (ay qué difícil que es cerrarlas) y abrirla del otro lado... o sea, del correcto.

HOY, distinto de la mayoría de las veces...

Cien años

Hace unos días vengo pensando que el lunes 23 de agosto hubiera sido el cumpleaños del abuelo Alfredo. Hasta lo escribí en mi calendario. Incluso hoy a la mañana me acordé de mi querido "Alberto", como le decía yo.

Pero hoy, cuando la maestra de segundo, escribió la fecha en el pizarrón: 23-8-10; me di cuenta de que no hubiera sido un cumpleaños cualquiera. Hubiera cumplido 100 años, sí ¡CIEN!

Rutas nacionales, rutas mías

Cae la tarde, emigran bandadas de pájaros sobre los verdes campos de Entre Ríos, esta contemplación, acompañada de hermosa música, abre mi corazón hasta lo más profundo, y creo que ésto, es parte de la felicidad.

Alicia no es una mujer cualquiera y yo tampoco

Ensayo sobre la Alicia del país de las maravillas de Tim Burton

Alicia no es una mujer cualquiera. No le da lo mismo cualquier cosa. Es más bien diferente a las demás mujeres de su edad, por así decirlo. Es hermosa, claro, pero le distrae lo que a otras mujeres atrae. Le incomoda la moda de su época, se desinteresa por los intereses clásicos de otras damas como ella. No le asusta si se aleja de las personas cercanas. Y hasta se detiene ante lo que cualquier mujer común avanzaría: un compromiso.

No es un domingo cualquiera

Bueno, ¿llegó el final o llegó el principio? No me deprime volver, no me pude entusiasmar tampoco. Estoy de sopetón. Casi un mes viajando, sin horarios, ni rutinas, simplemente apreciando, comprando, disfrutando, de paseo.

Algún lugar encontraré


Caminar, caminar mucho. Laten los pies. Se hacen sentir, como agradeciendo que los hacemos sentir vivos o como pidiendo a gritos que los dejemos descansar, o tal vez ambas, o quizás sea una queja por la falta de destino, you know, just wandering around or following a friend’s day. Sí eso, ir al ritmo y a los lugares o rutinas de otro.

El país de las maravillas

Estoy volviendo de DC en un bondi, poca gente, echada en dos asientos, tratando de dormir, no lo concilio, no tengo libro ni hambre. Sí tengo una luz tenue y algo para escribir. Aquí estoy.

Tantas cosas vividas.

Con sólo hacer clic


Hay momentos que con una foto, risas y cuentos no alcanza para mostrarlos o para volverlos. Pasan, quedan ahí, en el corazón.